Disponer de un buen sistema de aire acondicionado en nuestro hogar es una maravilla que asegura el confort incluso cuando nos acechan las altas temperaturas. Por esta razón, y para disfrutar plenamente de sus ventajas, un requerimiento imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro sistema de aire acondicionado es su mantenimiento. Muy a menudo se piensa que con realizar una puesta a punto justo cuando empiezan los meses de calor es más que suficiente; sin embargo, es recomendable que no nos olvidemos de esta tarea durante el resto del año, ya que no darle la debida importancia a este hecho puede desembocar en un deterioro prematuro de nuestro equipo.
Es muy recomendable ponernos en buenas manos y que sea un profesional el que realice de forma regular un mantenimiento de nuestra instalación, ya que de esta manera nos cercioramos de que el proceso sea llevado a cabo por alguien que realmente conozca la mecánica a seguir en cada caso. Aun así, también es cierto que nosotros mismos podemos realizar algunos procedimientos que nos ayuden a alargar la vida útil de nuestros sistemas de aire acondicionado.
En primer lugar, es primordial limpiar con regularidad los filtros. Dejar que la suciedad se acumule en ellos acabará provocando un mal funcionamiento del aparato ya que acabará por obstaculizar la cantidad de aire que sale. Llevar a cabo esta tarea es bastante sencillo: tan sólo hay que retirar la parte frontal que cubre los filtros, extraerlos, proceder a su limpieza mediante agua y jabón y, cuando estén secos, colocarlos de nuevos. Esta operación, además, te servirá para comprobar si alguno de los filtros está dañado, con lo cual sería necesario contactar con el instalador. Se recomienda realizar este procedimiento cada tres meses, aunque todo depende del uso que le demos al equipo.
De la misma manera que deben mantenerse los filtros, también hay que cuidar la limpieza de los ventiladores exteriores. Estas unidades también pueden acumular mucha suciedad o, durante su uso como climatizadores en los meses de invierno, puede suceder que se congelen pequeñas masas de agua que finalmente acaben por obstruirlo. Si fuera necesario, también puedes requerir ayuda profesional para realizar una limpieza de los tubos que conectan con la unidad interior. En caso de tener rejillas de ventilación, recuerda la necesidad de comprobar que tanto las tomas de entrada como de salida no presenten obstrucciones de ningún tipo.
Una cuestión básica es estar atento a cualquier ruido anómalo que pueda producir nuestro equipo, ya que esto podría ser la primera señal de que existe algún tipo de problemática. Evita que vaya a más poniéndote en contacto con un profesional para que haga una revisión completa y pueda determinar las causas del sonido. También puedes prestar atención a otras señales, como por ejemplo los olores extraños; algunos pueden deberse a causas como la humedad, cuando el equipo lleva un extenso periodo de tiempo sin ser utilizado. Si esta es la razón, en ningún caso deberás hacer uso de sprays ambientadores, ya que pueden tener efectos negativos en el funcionamiento del equipo. Hay productos especialmente creados para eliminar olores en estos aparatos sin producir daños.
Si en el momento de encender tu aparato éste expulsa un aire demasiado templado cuando debería ser frío, la razón podría estar causada por un bajo nivel del gas refrigerante. Sin suficiente cantidad de gas, no podrás enfriar ni calentar correctamente la casa. Un chequeo a tiempo, sobre todo cuando lleves un tiempo sin encender el equipo y comiences los preparativos para los meses de mayor calor, evitará que debas prescindir del aparato cuando más lo necesites. Recuerda que tanto para ésta como para otras cuestiones, puedes contar con la ayuda de un instalador profesional y evitar cualquier tipo de problemática adicional.
Algo también muy útil para prolongar la vida de tu equipo de aire acondicionado es entender las funciones disponibles en los botones del mando adjunto. Adecuar los diferentes modos del sistema a tus necesidades reales repercutirá en un ahorro y en una mayor eficiencia; así que no olvides que tienes distintos modos de climatización, ni tampoco de graduar la temperatura para que resulte confortable sin resultar excesiva. Y por supuesto, asegúrate de que las pilas del mando funcionen.
Y finalmente, una cuestión básica pero muy importante: procura apagar tu equipo siempre que no esté en uso. Piensa que no solamente estarás ahorrando en un gasto de energía innecesario, sino que a la larga también ahorrarás en un desembolso prematuro destinado a cambiar el aparato debido a un desgaste ocasionado por causas innecesarias.