En la Antigua Grecia, nació una técnica decorativa que reinventó la idea de escultura de tal manera, que dicha técnica se sigue utilizando constantemente en la actualidad, nos referimos al policromado. Dicha técnica nace de la idea del pintado de esculturas en muchos colores con lo que se consigue dar otra imagen y vistosidad a dichos elementos decorativos, incrementando además con el policromado la posibilidad de combinar colores y conjuntar en viviendas y edificios.
El policromado es una técnica que no solo se utiliza en esculturas, debido a la simplicidad intrínseca de la técnica, el policromado es utilizado en cualquier elemento decorativo, como mobiliario, esculturas y relieves situados en cornisas, cenefas y columnas. Cuando hablamos de policromado, nos estamos refiriendo por tanto al pintado de cualquier elemento decorativo tanto en madera como yeso o escayola, con lo que gana exclusividad y distinción en todos aquellos elementos de talla a mano.
Aunque como hemos comentado el policromado se adapta a cualquier tipo de elemento decorativo, debemos destacar que toma mayor esplendor y relevancia en el mundo de la talla a mano religiosa, son los imagineros quienes más aprovechan dicha técnica.
Son dos los momentos más importantes de la historia del policromado, por un lado su nacimiento en el que se caracteriza por colores convencionales y corrientes; y por otro lado, la Edad Media, en esta época el policromado torna una concepción que le lleva a colores que se identifican con la naturaleza.